Descripción |
Desde la EconomÃa Feminista se argumenta que el objetivo prioritario de la actividad económica deberÃa ser la satisfacción de las necesidades básicas para el desarrollo humano. Siendo conscientes de que este planteamiento ha estado en conflicto con el orden de prioridades de la economÃa neoliberal, es ahora, más que nunca, cuando la igualdad de género deberÃa formar parte de la agenda económica, justo cuando los gobiernos han sucumbido a la lógica del mercado que defiende la acumulación de riqueza y el crecimiento económico per se. Sin embargo, en algunos paÃses el contexto actual de crisis económica de estos últimos años ha servido de excusa para diluir e incluso abandonar el compromiso politico con la igualdad. De hecho, el mensaje de quienes se han encargado de diseñar las polÃticas de ajuste económico ha ido ganando en contundencia: ya no es tiempo de ‘concesiones’ y ‘buen rollismo’; en estos tiempos difÃciles hay que volver a las ‘cosas realmente importantes’ y a la perspectiva economicista, a la contención el déficit y a restablecer el estatus quo. El resultado ha sido que la orientación de gran parte de los planes de ajuste ha profundizado la división sexual del trabajo, dando lugar a “una falta de transparencia y coherencia en todo lo que se relaciona con el avance en igualdadâ€? (UNIFEM, 2010). Con todo ello, se mantiene el mismo sistema de desigualdad que ya tenemos y que sabemos que es ineficiente, genera inequedades y esquilma los recursos existentes, en vez de provocar de manera efectiva el cambio de modelo de sociedad. Asà pues, cabe preguntarse ¿qué podrÃamos hacer desde las polÃticas públicas para el cambio a un modelo de sociedad basado en la igualdad? A este cometido intentan dar respuesta las siguientes páginas. |