Tanto mujeres como hombres feministas consideran que el patriarcado nos ha socializado en una manera de ser, siguiendo una escala de valores construida en función de  los intereses de una élite  dominante que explota y discrimina y en la que la mayoría de  hombres y mujeres se encuentran explotados y discriminados.

Por eso el cambio es necesario y liberador y las mujeres y hombres feministas pretendemos cambiar la sociedad patriarcal por una sociedad igualitaria.

Se trata de superar los dos géneros, de acabar con ellos, de inventar una sociedad de personas sin género en la que cada individuo valga por sí mismo, donde se valore a cada uno por lo que es y no por el hecho de ser macho o hembra, donde la dignidad y los derechos que se derivan de ella, sean atributos desde el nacimiento, para todas por igual.  Esta orientación igualitaria implica deconstruir los géneros, desmenuzar analíticamente los roles, los usos y costumbres, heredados y socializados por el patriarcado, desechar todo aquello que no sirva para la construcción de unas relaciones igualitarias.