Descripción |
La igualdad real entre las mujeres y los hombres implica compartir el poder de decisión, el tiempo, el trabajo y, opcionalmente, la vida. Pero superar las desigualdades que siguen existiendo no va a ser tarea fácil, porque la intransigencia de los hombres aumenta a medida que nos acercamos a los núcleos del poder real: el control del dinero con mayúsculas o el reparto de papeles entre las parejas en las tareas del hogar. La paridad en los consejos de administración demanda de los implicados que renuncien al monopolio del poder que se deriva de la posesión y gestión del dinero; y la equidad en lo doméstico, que renuncien al bienestar que consiguen a costa de sobrecargar a sus parejas. Por ello, se trata de superar las desigualdades injustificables. |