Los tres grandes modelos conceptuales del debate feminista de las últimas décadas, las teorías de género, las teorías de la diferencia sexual y las teorías queer plantean otras tantas maneras de entender la tríada sexo-género-deseo. En el presente artículo se hace referencia a los vínculos entre las tres nociones pues no solo hoy sino también en el pasado de la teoría feminista resultaron fundamentales para analizar lo humano. Son ellas las que entran en juego cuando intentamos comprender la diferencia entre feminidad y masculinidad pero también movilizan esa otra polaridad, la de naturaleza y cultura, que organiza gran parte de lo que se piensa sobre el género, el sexo y el deseo. Una buena parte del feminismo parece instalarse en paradigmas teóricos sólidos y estructurados o en el ideal de las coaliciones y las seguridades a toda costa. El feminismo conlleva necesariamente deliberar sobre qué se entiende por "mujer". Es necesario preguntarse acerca de este término, preguntar qué cosas consigue, qué inversiones produce y qué resignificaciones soporta. Para exponer estos temas rrecurre en más de una ocasión a la figura de Simone de Beauvoir, Judith Butler y la referencia obligada del movimiento feminista en su conjunto. |