Las mujeres mayores españolas representan casi el 10% de la población total española. Son ellas desde la invisibilidad del espacio privado siguen contribuyendo al mantenimiento del equilibrio emocional de la sociedad, a la creación de bienestar social a través del apoyo que proporcionan en las actividades de la vida cotidiana y de los cuidados llenos de afecto y comprensión que proporcionan a las personas que los requieren. La edad no puede ser motivo de expulsión del ejercicio de una ciudadanía plena. Las mujeres mayores no deben superar una doble barrera, por género y además por edad. La edad debe ser la oportunidad para las mujeres mayores actuales de conquistar los espacios que les han sido hasta ahora inaccesibles. Reconocer sus aportaciones a la sociedad es una oportunidad que debe ser aprovechada para el desarrollo de su vida activa, para proporcionarles una mayor seguridad y lograr una ciudadanía plena.
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