Descripción |
Todavía hay personas que cuando hablo de discriminación salarial entre mujeres y hombres me dicen que no existe. Y esto es porque piensan que hablo de discriminación salarial directa, es decir, aquella que por el mismo trabajo se cobra menos retribución. Gracias a las legislaciones, tanto nacional como europea, la discriminación salarial directa ha menguado mucho y es fácil de detectar y denunciar. No así la indirecta, más compleja y que hace más grande la brecha de discriminación entre mujeres y hombres: a igual valor, el trabajo de las mujeres se desprecia.
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