Durante las últimas décadas se ha acumulado bastante evidencia científica acerca de las diferencias de sexo y género en el dolor.

El diagnóstico diferencial del dolor crónico constituye todavía una asignatura pendiente, así como su especial problemática en el sexo femenino, a pesar de que ya existe constancia de que las enfermedades autoinmunes son más prevalentes en las mujeres por razones biológicas, hormonales y además por la potenciación del efecto autoinmune que producen los xenoestrógenos ambientales , lo que podría también ser una de las razones de esa mayor prevalencia. los estudios epidemiológicos realizados y las investigaciones de los aspectos físicos y psicológicos muestran que la carga del dolor es mayor, más variada y más variable en mujeres que en hombres.

Por otra parte en el tratamiento del dolor también se producen diferencias .Algunas terapias-tanto fármacos como otras terapias alternativas –tienen también diferente eficacia y frecuencia de utilización en mujeres y en hombres, por no señalar que en muchas ocasiones las quejas sobre dolor en mujeres se consideran predominantemente psicosomáticas y se tratan con ansiolíticos y sedantes.

En esta comunicación se expondrán algunos resultados de la revisión de las publicaciones en esta línea durante los últimos años, haciendo en base a ello propuestas para futuras investigaciones. Los procedimientos metodológicos multivariantes que permitan determinar el efecto individual y combinado de los factores implicados son el único mecanismo que permitirá algunas soluciones a este problema.