Comunicación presentada en el IX Congreso Iberoamericano de Ciencia, Tecnología y Género celebrado en Sevilla del 31 de enero al 3 de febrero de 2012

El contrato social, tanto en política como en la ciencia, define implícitamente la comunidad de sujetos habilitados para participar en él. De ese modo, bajo un aspecto de universalidad en el acceso a sus beneficios, opera una exclusión que ha perjudicado sistemáticamente a los mismos sujetos. Entre esos sujetos se encuentran las mujeres.

Para analizar esta instancia previa al contrato social, que Carol Pateman ha llamado 'contrato sexual' en lo que respecta a las mujeres, utilizamos el concepto de 'contrato moral' para abarcar no sólo el sexismo sino otros sesgos que vulneran la presunta neutralidad y objetividad de sus resultados. La ciencia ha jugado un papel muy importante en señalar esos sujetos y justificar su exclusión. Pero también se ha visto privada con ello de una genuina universalidad, y de poner a prueba visiones del mundo y la naturaleza que no respondan a intereses sesgados y centrales.

Revisar el contrato social de la ciencia, revelar su contrato moral, establecer una explícita inclusión allí donde operó una implícita exclusión, son los objetivos de esta propuesta.