Esta Declaración se entiende en la medida en que hoy en día es ampliamente reconocido que en todas las sociedades y contextos socioculturales existe un orden de género, con jerarquías que subordinan a las mujeres, establecen el privilegio de lo masculino y su mayor valoración, y por ende subvaloran lo femenino. Este orden configura un entramado de relaciones de poder y control sobre lo femenino y las mujeres. Opera en la realidad configurando modelos de interacción y significación permeados por valoraciones inequitativas de lo femenino y lo masculino y sitúa a las mujeres en una posición de desventaja y condiciones de vida no equitativas. |