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PREVENIR LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES DURANTE LAS ELECCIONES:

Título (ingles) PREVENIR LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES DURANTE LAS ELECCIONES:
Temáticas asociadas Participación política | Igualdad | Organismos
Año de edición 28/1
Autor/es ONU Mujeres, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Entidad editora ONU Mujeres, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Descripción

Hoy en día hay más mujeres ocupando cargos públicos que en ningún otro momento de la historia. En 2017 había más de 10,500 mujeres parlamentarias, lo cual representa más del 23 por ciento del total de los escaños en los parlamentos a escala mundial.1 Hay millones de mujeres ocupando cargos de gobierno a nivel subnacional, y muchas más mujeres candidatas que compiten por cargos políticos en las elecciones. El número de mujeres votantes registradas también alcanza cifras elevadas en la mayoría de los países, con frecuencia alcanzando el mismo nivel de participación que los hombres el día de la votación. Cada vez más mujeres participan en la gestión electoral, incluso como personal electoral e integrantes de las mesas electorales. A pesar de estos avances alentadores, el objetivo internacional de «equilibrio de género» en cargos públicos establecido en la Plataforma de Acción de Beijing en 1995 está lejos de ser alcanzado. Las mujeres continúan enfrentando múltiples desafíos para desempeñar funciones en la vida política y pública.2 Pocas mujeres son elegidas para desempeñarse como gobernadoras, alcaldesas o para otras posiciones a nivel local. En 2017, solo en 16 países había mujeres Jefas de Estado y/o de Gobierno.3 Aunque son muchos factores que limitan la participación política de las mujeres, quizás lo más alarmante sea la percepción del incremento de la violencia contra las mujeres (VCM) activas en la vida política. Algunos consideran que la presencia cada vez mayor en la política contraviene los roles tradicionales de género adjudicados a las mujeres, lo cual constituye una amenaza para las relaciones de poder tradicionales y el statu quo. De forma casi universal, el aumento de representación política de las mujeres ha estado acompañado por un aumento de violencia contra las mujeres en la política (VCMP). Esto se observa en diferentes manifestaciones: el aumento del acoso y la agresión en los distintos medios de comunicación, la intimidación y la violencia sexual y física contra las mujeres en la vida pública, cuando se obliga a las mujeres políticas a renunciar, y en el escrutinio público de las candidatas cuando se centra en su apariencia en lugar de su experiencia y sus políticas. En la forma más extrema de VCMP, mujeres polí- ticas han sido asesinadas por ejercer sus derechos políticos. Hoy en día, la VCMP es uno de los principales obstáculos para el ejercicio de los derechos políticos de las mujeres.4 La violencia política puede darse en muchos contextos, pero tiene consecuencias particulares y negativas para las mujeres durante el período electoral. Las tensiones políticas y la feroz competencia durante las elecciones pueden generar vulnerabilidades en la participación política de las mujeres, que en muchos casos ya están en desventaja con respecto a los hombres, y puede dar lugar a la exclusión de las mujeres del propio proceso.5 Tácticas tales como la agresión física, la intimidación y el maltrato psicológico afectan tanto a hombres como a mujeres, pero tienen impacto diferencial de género en cada uno de ellos, y algunas formas de violencia de género apuntan a las mujeres de manera específica.6 Las respuestas para prevenir y mitigar la violencia política durante el período electoral deben reflejar estas dimensiones de género tan importantes.
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