Autor/es |
Fermina Bardón Álvarez, Àngels Cardona Palme,r Delfina de Poo Peña, Inmaculada Gimeno Mengual, Mari Luz González Rodríguez, Francisca López García, Pura Sánchez Sánchez, Margarita Trasancos Bimendi, Rosa Zafra Lizcano |
Descripción |
Amigas y amigos, la Organización de Mujeres de STEs-Intersindical, en colaboración con el Instituto de la Mujer, os presentamos la siguiente Guía de Corresponsabilidad con la ilusión y el convencimiento de que educar en la corresponsabilidad es un pilar clave y necesario en el avance y consecución de la Igualdad entre mujeres y hombres en nuestra sociedad. Elaboramos este material didáctico con la finalidad de concienciar sobre la necesidad y el beneficio general que supone aplicar la corresponsabilidad en el ámbito familiar y escolar.
Todas y todos somos seres complejos, diversos y completos que tenemos un importante potencial de transformación y actuación sobre el medio que nos rodea, posibilitando que éste sea más justo, equitativo e integrador de las capacidades individuales, sin distinción de género, desterrando prejuicios culturales que históricamente nos han mantenido en ámbitos de responsabilidad separados y erróneos. Entre lo deseable por bueno y justo y la realidad de cada día, hay una distancia que se sigue manteniendo y que perjudica al conjunto de la sociedad.
La organización familiar es hoy inequívocamente distinta de la considerada tradicionalmente. Sus integrantes son variados, diversos, plurales y sus ocupaciones, aspiraciones y espacios también. Pero mantienen en común el seguir siendo el lugar en el que esperamos que se ejerza el cuidado y el afecto de sus componentes. Así pues hoy en día, las mujeres nos hemos preparado, y desarrollamos trabajos en el espacio público junto a los hombres, pero la edad de nuestra población es cada vez mayor y consecuentemente también su grado de dependencia y de necesidad de atención, la baja natalidad condicionada por la dificultad para conciliar y responder a sus necesidades se convierte en un problema económico y social que preocupa a todos los gobiernos, a lo que se añade el descenso de las coberturas sociales implantadas por los momentos de crisis. Ante estas novedades, la experiencia y los datos nos muestran que las tareas y responsabilidades del hogar y la familia siguen siendo asumidas mayoritariamente por las mujeres, manteniéndose estructuras de organización familiar y social no válidas ni acordes con el progreso y las aspiraciones de una sociedad global y justa. Estas circunstancias retienen a la mujer en el tradicional papel de agente cuidador, que debe doblar su jornada y convertirse en “malabarista de los tiempos”, reforzando una barrera para ella, como potencial trabajadora, ante el mercado laboral, y vez, aleja al hombre de su desarrollo integro, como padre, hijo, ser autónomo y responsable. |