Descripción |
Para superar las barreras y alcanzar los niveles óptimos de incorporación de las mujeres en la Sociedad de la Información hay que abordar procesos formativos que deben tener en cuenta algunos principios metodológicos y pedagógicos vinculados a sus necesidades. Proponen el siguiente decálogo para formación TIC de mujeres basado en la experiencia de las buenas prácticas llevadas a cabo en distintos ámbitos nacionales e internacionales y que se pueden consultar en http://www.e-mujeres.net/buenas-practicas. Las acciones formativas deben contemplar: - Una metodología ajustada a las necesidades personales y profesionales de las mujeres, teniendo en cuenta su punto de partida de actitud, necesidades de aprendizaje y conocimiento.
- Que propicie itinerarios autónomos de aprendizaje, basados en los ritmos de aprendizaje de cada una.
- La formación se debe planificar según el uso de los tiempos de las mujeres y sus múltiples compromisos familiares, laborales y sociales.
- Que aproveche sus habilidades sociales, de comunicación y de trabajo en red como punto de partida para empezar a aprender.
- Los materiales se deben elaborar con criterios didácticos y facilitadores. Con lenguaje no sexista, inclusivo, no tecnificado y en la lengua de comunicación correspondiente.
- La formación debe ser impartida por profesorado que tenga incorporada la perspectiva de género, preferiblemente mujeres.
- Que otorguen validez a los usos de Internet que hacen las mujeres, sin descalificaciones.
- Estructurada a través de mediadoras sociales (las asociaciones), hay que formar en género y TIC también a los agentes sociales que intervienen en el proceso.
- Los contenidos deben estar vinculados a servicios de proximidad en Internet y a los intereses que manifiesten las mujeres. La implementación de contenidos en la red debe incluir aspectos de la cultura y el patrimonio de las mujeres, visibilizando las aportaciones de las mujeres, rechazando consagrar también en la red la visión androcéntrica del mundo.
- Impartida en espacios simbólicos favorables. Las aulas de los telecentros y cibercafés suelen responder a modelos masculinos y de jóvenes, lo que supone un freno para las mujeres no tan jóvenes.
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